Ferrero Rocher, puro teatro.

Invitados a un brunch en casa del Embajador de Egipto un domingo al mediodía, fuimos con Leo entusiasmados, nunca habíamos probado comida egipcia, y toda oportunidad es buena para zafar de un fast-food mozambicano. Qué desastre, pizzetas frías, sin mozzarella, sin un carajo, y ensalada de lechuga y tomate. Sin alcohol. Es mentira, entonces, que en casa del embajador se sirve Ferrero Rocher. El postre fueron facturas! Lo mejor fue el ringtone del mozo, ''Ojos Así'' de Shakira, que no dejaba de sonar mientras servía las mesas, y la intervención de nuestro amigo Frans. Cuando el delegado de la comunidad musulmana orgulloso dijo que sus programas para promover la abstinencia sexual estaban dando excelentes resultados (el porcentaje de parejas que llegaban puras al matrimonio había subido de 2 a 3,1% en el último quinquenio, waw), nuestro amigo le escupió en la cara que la gente quiere tener sexo, que mejor promuevan el uso del preservativo. Al musulmán se le atragantó el croissant, y creo que al egipcio se la cayó un Ferrero Rocher del culo. Fin del brunch.

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