Jueves 26 Abril 2007.
“O mundo não é o que existe, mas o que acontece”.
Decidí probar con mi primer libro em portugués, de nombre ‘O Ultimo Vôo do Flamingo’, del escritor moçambicano Mia Couto. Representa un desafío pra mi leerlo en otro idioma. Ainda no lo terminé, y aún no estoy seguro de haber entendido el argumento, ni de quienes son los buenos y quienes son los malos, pero importa? Nao, como dice mi amigo Adolfo Páez, lo importante no es llegar, lo importante es el camino.
Entonces… si el mundo no es lo que existe, sino lo que ocurre en el, carajo, estoy jodido, mi mundo esta convulsionado y ficará así por un buen tiempo. Mi naturaleza culpógena me lleva a sentirme indigno de tanta alegría, producto de lo que vivo a diario. Porque si bien lo que veo en los lugares que visito es doloroso, es el invalorable conocimiento de la realidad humana lo que me invade, me golpea y me vuelve a golpear. Y que bien me sientan estos golpes. Y cuanto aprendo.
Para un muchacho como yo, cuyo mayor problema fue lidiar con un crisis de identidad y dejar de mirarse el ombligo para mirarse el lunar que tiene situado justo al lado, esto es un sopapo tras otro. Yo nací con cinco kilos, acá los pibes alcanzan ese peso a los 2 años de edad. Y me siento para el orto cuando recuerdo lo que me molestó tener que dejar el auto y agarrar el colectivo, cuando acá todos caminan al sol 20 km diarios. Y me mata el recuerdo de las puteadas a mi vieja si mi camisa no estaba lavada el sábado, cuando veo a los pibes que a veces fican en bolas el día entero.
No creo que esto sea para cualquiera, todo lo contrario. Esto es ideal, y sumamente beneficioso para aquellos que en su currículum cargan años y años de comportamiento imbecil, como yo.
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